Ceremonia de entrega de los Premios Nacionales del Deporte en el Palacio de El Pardo, un frío 10 de enero de 2019. Caballeros: traje oscuro. Señoras: vestido corto. Es el protocolo. Ausentes destacados, Rafa Nadal y Jon Rahm. Su agenda no coincide con la de los Reyes y tanto el CSD como Casa Real asumen el riesgo de las incomparecencias. Antes de las 11:30, como exige el guion, el elenco de la película “Campeones” ha tomado posiciones en los lugares asignados. Creo que fue Álvaro Longoria, uno de los productores, quien al referirse a esos protagonistas con otras capacidades dijo de ellos que son “superdotados emocionales”. Sin duda. Más allá de la alegría incontenible de Sandra Sánchez, mejor karateka del mundo y Premio Reina Letizia, trascendía en el ambiente la felicidad sin aditivos del equipo artístico de Javier Fesser, el director de este largometraje incomparable que por falta de recursos financieros se ha quedado en el umbral de los Oscars.
Alberto Nieto, Benito en la película, pinche de cocina explotado en un restaurante de medio pelo, desde su elevada estatura, acompañaba sus explicaciones con el movimiento de sus larguísimos dedos. Estaba encantado, como Roberto Sánchez, que aún no se explicaba porqué Benito lanzó de espaldas el último tiro a canasta… Y nos hicimos la foto; yo, encantado. Luego me hice otra con Fesser y José de Luna, Román en la peli, y una más con todos ellos, mientras Gloria Ramos sostenía un trofeo, el del Premio Nacional a las Artes y las Ciencias aplicadas al Deporte, casi tan grande como ella. Y entre ellos, como una más, Athenea Mata, la esposa en el film de Javier Gutiérrez, quien como Nadal y Rahm excusó su presencia por compromisos laborales.
Tal y como son, atendieron a todos los requerimientos fotográficos. Posaron junto a los Reyes Felipe, Letizia, Juan Carlos y Sofía; con destacadísimos deportistas y con cuantos, como servidor, les pedían compartir un instante para la posteridad. Mayúsculo privilegio. Con sus sonrisas perennes, las miradas a veces perdidas, entre tanta cámara y tanto teléfono móvil, formaban una piña en torno a quienes demostraban, demostrábamos, una admiración infinita, sin barreras.
“Superdotados emocionales”… Gente maravillosa que actúa con el corazón y con sus latidos esboza su comportamiento. Dice Gloria Ramos (Collantes) que a su compañero Stefan López, tan apegado a ella y a todos ellos, “le gusta que le den abrazos y abrazar”. Una prueba de la que quizá no exista documento gráfico, por pudor, por la ternura del momento, por la grandeza de la situación inesperada: Letizia estaba hablando con Sandra Sánchez cuando Stefan (Manuel) se acercó a ella y la abrazó. A esta entrega de cariño supremo respondió la Reina con el abrazo y los besos correspondientes. Todo tan natural, tan auténtico y espontáneo, tan cierto como que los protagonistas de CAMPEONES fueron también las estrellas de la reunión. El 10 de enero, frío a las puertas de palacio e incandescentemente humano en el interior, resultó ser un gran día. Estaban los mejores.