Las selecciones madrileña y catalana Sub18 de fútbol femenino dieron toda una lección de deportividad en la final del Campeonato de España celebrado el pasado mes de abril en Alcobendas. En lo futbolístico, el partido se decidió por un solitario gol que le valió a Madrid para alzarse con el torneo pero el encuentro pasará a la historia de este deporte por el ejemplo de compañerismo que ambos equipos protagonizaron a su término.
Las jugadoras catalanas rompieron a llorar con el pitido final. Sus lágrimas, amargas como la derrota, dieron paso a una inesperada reacción en las campeonas, que lejos de centrarse en celebrar su triunfo, acudieron rápidamente a consolar a sus rivales. La imagen, insólita en estos tiempos de máximas rivalidades, personifica un ejemplo de compañerismo y amistad que va más allá de la competición. Se trata de deportividad con mayúsculas en un año que, por desgracia, la violencia en el fútbol base ha acaparado buena parte de los informativos, algo que hay que erradicar a toda costa del deporte.
Por suerte, finales como la disputada entre catalanas y madrileñas sirven para reivindicar las bondades del deporte en general. Es por ello que el jurado del premio Tarjeta Blanca Coca-Cola de la AEPD se ha decantado por esta bonita historia de amistad por encima del fútbol como la ganadora del mes de abril. Un mes, en el que se han presentado otras cuatro historias donde también están presentes valores como el compañerismo, la humildad, la deportividad y el ejemplo a otros deportistas, pilares en los que se sustenta la Tarjeta Blanca que concederá la Asociación española de Periodistas Deportivos a final del año.