El viernes 2 de marzo tiene lugar en el recinto cultural de El Castilla una nueva edición de la popular Fiesta del Deporte Local de Fraga, que organiza el Servicio Municipal de Deportes que dirige Jordi Esteve y en el que la Asociación de la Prensa Deportiva de Huesca, hace entrega de su Premio a los Valores Humanos, que en esta ocasión recoge Mariano Ferrer de manos del Presidente de las APDH.
Mariano Ferrer es toda una institución en el fútbol, en el deporte y en la sociedad de Fraga, la ciudad a la que llegó en 1977, para jugar en la Unión Deportiva Fraga. Ese era, aparentemente, una parada más en el largo camino de esta joven promesa del fútbol que militó en equipos como el Huesca, el Jaén o el Rayo Vallecano, y que estuvo tentado por equipos de renombre como el Español de Barcelona, el Cádiz o el propio Real Madrid (del que, por cierto, es seguidor).
Quién le iba a decir a este joven licenciado en Magisterio que lo que podía ser un paso breve para relanzar su carrera, lastrada por la tan temida triada, se convertiría en parada para él y para su familia. Mariano Ferrer hizo del Fraga su magisterio y de Fraga su hogar, para dejar el apellido y convertirse simplemente en Mariano, un vecino más. ¿Un vecino más? No. Mariano se integró plenamente en la ciudad. En el campo de fútbol con la camiseta del Fraga, fue jugador, el eje del equipo, su capitán y después su entrenador, tanto del Fraga como de la Peña Fregatina. Allí dejó su legado de seriedad, compromiso, trabajo y esfuerzo. Un legado que extendió también fuera del terreno de juego, con su compromiso con la sociedad fregatina que le ha llevado a participar en diversas asociaciones. La última, La Sabina Blanca, de la que es presidente y en la que sigue impartiendo su magisterio de esos valores de compromiso y trabajo por los demás. Mariano Ferrer fue un gran jugador pero hoy está aquí, sobre todo, por ser una gran persona y un gran ciudadano, en el sentido más alto de la expresión.
