
Entre los muchos actos deportivos que se registraron en el mes de mayo en España y que llegaron hasta la Asociación Española de la Prensa Deportiva fue seleccionado como el mejor del mes el que aconteció el 21 de mayo en el campo de fútbol de Bolue, en Getxo. Este acto de deportividad de un entrenador de fútbol infantil entra en la lista de candidatos para luchar a final de año por el primer premio Tarjeta Blanca-Coca-Cola que organiza la AEPD y que preside Rafael Rodríguez de Gea. Fue publicado por el periodista deportivo Iñigo Sánchez Luna y en El Correo.com
Y es que el campo de Bolue, en Getxo, “se convirtió en una Aula Magna de enseñanza de deportividad, algo que por desgracia no es muy usual en un mundo del fútbol. El protagonista en esta ocasión fue el entrenador de la escuadra Infantil de 2004 del Abanto, Natxo Boyero, al obligar a sus jugadores a dejarse marcar un gol, después de adelantarse en el marcador en una acción antideportiva frente al conjunto local”.
Todo ello en un partido de alto voltaje en el que se enfrentaba el primero –los gualdinegros del Getxo– contra el segundo, a los que solo separaban tres puntos a falta de una jornada para concluir la temporada. Finalmente el conjunto visitante terminó imponiéndose por 1-2, y arrebató la primera posición a su rival gracias al golaveraje a favor.
El lance se produjo cuando los visitantes botaron un saque de esquina y en el posterior rechace, uno de sus jugadores dispara desde fuera del área mientras que un futbolista rival pone la cabeza «con tan mala fortuna que le da sin querer en la cabeza, y empieza a sangrar por la nariz», explica Natxo Boyero, técnico del Abando. En ese momento, el árbitro para el juego para que se atienda al lesionado, que debe salir del campo para cortar la hemorragia.
El colegiado decide reanudar el encuentro con un bote neutral. Cuando la pelota entra en acción uno de los visitantes remata y logra batir al portero rival. En ese momento, Boyero cobró protagonismo: sin pensárselo dos veces, ordena a los suyos que «en el saque del centro se retiren para que nos puedan empatarnos», recuerda.
Sánchez Luna escribió que “Boyero comentó que con esta decisión intentó «trasladar a mi equipo, los valores que debe tener un futbolista y más a edades tan tempranas». En ese sentido, dice que se considera «más un formador que un entrenador. Les intento inculcar una visión del fútbol como un deporte, que va más allá del resultado, aunque a todos nos gusta ganar».
El míster de la cantera del Abanto estima que «esta situación es más habitual de lo que pensamos», con la salvedad de que había mucha gente presenciando el encuentro y «ha tenido una mayor trascendencia». Por último, Boyero únicamente tiene palabras de agradecimiento para la afición local. «Los padres nos despidieron con una ovación impresionante y algunos me felicitaron por la decisión que había adoptado. Les dije a mis jugadores que se quedaran con eso más que con la victoria».
Una agradecimiento que hace extensivo al equipo anfitrión: «Nos realizó el pasillo de honor para salir del campo, más allá que estuvieran tristes por la derrota». También el entrenador local, Ander López, «me felicitó por la victoria y nos despedimos con un apretón de manos».